¿Qué es el Magnesio?

El magnesio es un mineral esencial para el funcionamiento del organismo, ya que participa en más de 300 reacciones bioquímicas. Algunas de sus funciones son: regular el metabolismo energético, la contracción muscular, la transmisión nerviosa, el equilibrio de electrolitos, la formación de huesos y dientes, la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos, y la actividad de algunas enzimas.

Magnesio

La cantidad diaria recomendada de magnesio varía según la edad, el sexo y el estado de salud, pero se estima que oscila entre 310 y 420 miligramos para los adultos. La mayoría de las personas obtienen el magnesio que necesitan a través de una dieta equilibrada y variada, que incluya alimentos como: frutos secos, semillas, legumbres, cereales integrales, verduras de hoja verde, lácteos, carnes, pescados y mariscos.

Sin embargo, hay situaciones que pueden provocar una deficiencia de magnesio, es decir, unos niveles bajos de este mineral en la sangre. Algunas de las causas más comunes son: una ingesta insuficiente o una mala absorción de magnesio por problemas digestivos, una pérdida excesiva de magnesio por el sudor, la orina o las heces, el consumo de alcohol, el estrés, el embarazo, la lactancia, el envejecimiento, algunas enfermedades crónicas (como diabetes, hipertensión, osteoporosis, enfermedad renal, etc.), y el uso de ciertos medicamentos (como diuréticos, antibióticos, antiácidos, laxantes, etc.).

¿Qué síntomas da la falta de magnesio?

Los síntomas de la falta de magnesio pueden ser muy variados y depender de la gravedad del déficit. En general, se pueden clasificar en tres grupos: síntomas generales, síntomas neuromusculares y síntomas cardiovasculares.

Los síntomas generales son los más leves y los primeros en aparecer. Incluyen: pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fatiga, debilidad, irritabilidad y ansiedad.

Los síntomas neuromusculares son los más característicos y los que suelen alertar de la deficiencia de magnesio. Incluyen: temblores, espasmos, calambres, contracciones, rigidez, entumecimiento, hormigueo, parestesias, convulsiones, alteraciones del estado de ánimo, depresión, confusión, alucinaciones, delirio y coma.

Los síntomas cardiovasculares son los más graves y los que pueden poner en riesgo la vida. Incluyen: arritmias, taquicardia, bradicardia, hipertensión, hipotensión, angina de pecho, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y muerte súbita.

El diagnóstico de la deficiencia de magnesio se basa en la medición de los niveles de magnesio en la sangre, que se consideran normales cuando están entre 1,7 y 2,2 milimoles por litro. Sin embargo, esta prueba no es muy precisa, ya que solo refleja el 1% del magnesio total del organismo, que se encuentra principalmente en los huesos y los tejidos. Por eso, también se pueden realizar otras pruebas complementarias, como el electrocardiograma, el electromiograma, el análisis de orina, el análisis de cabello, el test de tolerancia a la glucosa, el test de carga de magnesio, etc.

Tratamiento para la deficiencia del Magnesio

El tratamiento de la deficiencia de magnesio consiste en corregir la causa que la origina y en administrar suplementos de magnesio por vía oral o intravenosa, según la severidad del caso. La dosis y la duración del tratamiento dependerán de cada paciente, pero se debe tener cuidado de no sobrepasar los límites de seguridad, ya que un exceso de magnesio también puede ser perjudicial y causar efectos adversos como diarrea, náuseas, vómitos, hipotensión, somnolencia, depresión respiratoria, parálisis muscular, insuficiencia renal y paro cardíaco.

¿Como prevenir la deficiencia del Magnesio?

La prevención de la deficiencia de magnesio se basa en mantener una alimentación saludable y equilibrada, que aporte las cantidades adecuadas de este mineral, y en evitar los factores de riesgo que puedan provocar su pérdida o su mala absorción. También se puede recurrir a los suplementos de magnesio cuando exista una necesidad aumentada o una deficiencia leve, siempre bajo supervisión médica.